¿Sorprendido? Aunque las pataletas pueden poner a prueba nuestra paciencia, lo cierto es que son el “vehículo” a través del cual el cerebro inmaduro de los niños logra “desahogar” las emociones displacenteras. Hay 3 poderosas razones para afirmar que las pataletas son BUENAS:
- Las pataletas ayudan a liberar el estrés del niño. Baja la presión sanguínea. Luego de la rabieta generalmente el niño se siente mejor. En la medida en la que le ayudes a calmarse desde TU calma, el episodio pasará más rápido, y ya en calma podrás explicarle. No te concentres en detenerla, mejor ¡Acompáñala!
- Las pataletas son necesarias para aprender. ¿Cómo le enseñarás a ser paciente si no permites que experimente la impaciencia? ¿Cómo le enseñarás a enmendar sus errores si pretendes que contigo nunca cometa uno?
- Las pataletas ayudan a que se establezcan límites. Puede que el niño haga pataleta por un motivo específico un par de veces, pero si SIEMPRE es por lo mismo, quizás haga falta explicarle más, anticiparse y establecer límites o normas claras.
Recuerda que todas las emociones son necesarias. No hay que reprimirlas porque tarde o temprano buscarán la forma de salir, y entre más reprimidas estén, la “explosión” posterior puede ser más fuerte.
De la forma en la que acompañes sus “pequeñas emociones” ahora, dependerá en gran parte que ellos aprendan a gestionar lo que sienten de manera positiva, llevándolos a ser adolescentes más felices y adultos emocionalmente sanos.
#CambiaElChip
-Lina- @RedParental